Despidiendo el año

SABER CERRAR LOS CICLOS

 

Ester Redolosi Sánchez -Psicólogo General Sanitario

Seré breve en esta entrada para no entretenerte mucho e ir de forma directa y rápida a lo que nos ocupa.

Llega el último día de este año, y es momento de mirar atrás y ver todo el camino recorrido en el 2023. Puedes felicitarte por haber tenido la paciencia y la fuerza para transitar las partes más duras. Y agradecer todo lo bueno que se te ha regalado en forma de amistades, relaciones, situaciones y mucho más…

Ahora es tiempo de los toques finales. De cerrar un ciclo para abrirnos a uno nuevo, pero es fundamental saber que tienes que hacer espacio para que entren personas y situaciones nuevas. Dejar ir todo lo antiguo, lo que te hace daño, desde cosas materiales hasta las creencias más obsoletas que ya no te hacen bien, aunque antes hayan sido importantes, ya no eres el mismo de hace un año.

O quizás, no tengas que tirar nada, pero sí limpiar, ordenar, pintar y dejar espacio para las nuevas experiencias que están por venir. «Meterse en obras» suele estresar, pero a la larga te sentirás mucho mejor.

Este año has aprendido mucho, entre ello…

Que estar en el presente te ayuda a transcender el dolor y a crecer con él.

Que el autocuidado te protege y te hace más valiente.

Que la calma es tu aliada y te da estabilidad.

Que las crisis nos ayudan a conocernos mejor y a evolucionar.

Que el amor y la alegría te impulsan en los caminos de mayor dificultad.

Y que sostener a los demás y sentirte sostenido es el regalo más poderoso que la vida nos da.

Ya sabes, es tiempo de cerrar este ciclo y despedir el año con agradecimiento por todo lo aprendido, por todo lo disfrutado, por todo lo vivido.

Y sobre todo, seguir sin miedo a envejecer porque no hay mayor regalo que seguir celebrando nuevos años.

Comparto un vídeo, donde participé en el programa «Positivamente» de la cadena Saltv sobre este tema.

 

SIN MIEDO A ENVEJECER

 

 

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Elogio a la tristeza: Feliz Navidad, o no…

Claves para entender la paradoja de cómo la tristeza puede contribuir a tu felicidad

Daniel Jesús López Vega -Psicólogo General Sanitario

¿Qué es la tristeza?

Existe la idea generalizada que mueve al error de que existen emociones positivas y negativas y que la vida es una carrera por perseguir las primeras y evitar las segundas. Si bien es cierto que algunas pueden ser displacenteras, evitarlas es paradójicamente una forma de entrar en un bucle de sufirimiento, al igual que perseguir la utopía que denominamos felicidad como si este fuera un estado y no una emoción temporal y escurridiza.

Por ejemplo, Bisquerra define la emoción como un estado complejo del organismo que se caracteriza por una excitación o perturbación que predispone a una respuesta organizada como respuesta a un acontecimiento externo o interno. Este mismo autor las clasifica como emociones positivas (alegría, humor, amor y felicidad), emociones negativas (miedo, ansiedad, ira, tristeza, rechazo, vergüenza) y emociones ambiguas (sorpresa, esperanza y compasión).

En lenguaje coloquial, las emociones serían la «chispa» que enciende tu motor y guía en una dirección u otra. En esta entrada de blog nos centraremos específicamente en una de ellas, la tristeza, quizás una de las más mal interpretadas de entre estas trece emociones. Cumple, sin embargo, una función importante en nuestras vidas permitiéndonos una mayor adaptación a nuestras circunstancias y ayudándonos a aceptar las pérdidas importantes tanto reales como simbólicas y a recolocarlas en nuestras vidas en una forma diferente.

Ya Freud, en el primer cuarto de siglo XX definía el «duelo» como la respuesta frente a la pérdida de una persona amada o de un ideal, la libertad, etc. Por lo tanto amar implica necesariamente una aceptación de la responsabilidad sobre la tristeza que provoca la pérdida. Piensa cuantas veces en tu vida te limitaste en tu capacidad de sentir o expresar el amor que sientes hacia algo o alguien por miedo a perderlo. Yo, muchas.

Te invito a compartir un ejercicio conmigo. Cada mañana después de levantarte piensa en alguien que conozcas mucho o poco que te provoque emociones positivas y busca el modo de expresárselo de forma adecuada. No te funcionará si esperas nada a cambio. Las demás personas no nacimos para cumplir tus expectativas. Permítete amar por el mero hecho de que hacerlo te hará feliz incluso cuando no haya correspondencia. Expresarlo no te hará daño, esperar algo de la otra personas, si. Recuerda además que el mito del amor romántico te hará creer que solo se puede amar a una persona cada vez, con contrato por medio y pliego de condiciones y que para que sea políticamente correcto deberá durar toda la vida. Pero amar es algo más profundo. En palabras de Erich From es un arte y el error es buscar a alguien que nos ame y no aprender a amar.

Crea, lucha, entrégate y aprende a transitar las pérdidas con tanto ahínco como disfrutaste de las presencias. La vida son etapas y tendremos suerte si coincidimos en alguna de ellas. Quizás sea muy complicado, imposible o inadecuado llegar al máximo grado de madurez, pero podemos intentar acercanos juntos.

¿Qué no es la tristeza?

Llegados a este punto nos será útil hacer un paréntesis para comprender que la tristeza como emoción adaptativa no es en modo alguno una enfermedad y que su gestión sana implica no pocos beneficios por lo que es interesante afrontarla adecuadamente. Estar tiste es sano y aprender a vivir la tristeza de forma madura tendrá no pocos beneficios entre otras cuestiones porque es inevitable y porque vivirla intensamente nos ayudará más a apreciar otros momentos diferentes.

Todo el mundo tendria que haber visitado el infierno para apreciar más y mejor los pequeños paraísos que aparecerán durante nuestras vidas.

Consejos para sobrevivir en la zozobra

Imagina que estás en una tempestad en medio del océano y que estás en el agua intentando sobrevivir. ¿Còmo actuarías para conservar tu vida? Piensa en ello un par de minutos antes de seguir leyendo.

Si luchas contra las olas enbravecidas, ¿qué oportunidad tienes de sobrevivir al desastre? Incluso si lo consiguieras durante un largo rato y llegada la calma, tu propiio cansancio podría impedir que llegaras a la orilla.

Cuando te sobrevenga un estado de tristeza, enfadarte, negarlo, obviarlo o restarle importancia, buscar distracciones o huir de él con alguna conducta adictiva o desadaptativa solo te llevará a agravar la situación convirtiendo la tristeza en puro sufrimiento.

Por otro lado, evitar amar para no sufrir tampoco te irá mejor. El estado de privación al que te llevará será una especie de anestesia que no solo funcionará con las emociones negativas sino que te cerrrará la oportunidad de vivir en mayúsculas.

Siguiendo la anterior analogía, sobrevivir a la tempestad de la tristeza, supone aprender a flotar en medio de la tempestad, dejando las emociones fluir dentro de ti, pero dejándolas marchar y evitando el proceso de rumiación que supondría quedarte estancado en tu dolor y convirtiéndote en una víctima de tu propia forma de abordar esta emoción.

Sé pues un madero. Si flotas y transitas este estado no te producirá tanto cansancio y llegado el momento te permitirá llegar a tierra firme sin perecer en el intento. Para asegurar un mayor éxito no lleves en ese viaje más carga de la necesaria. Deja atrás aquello que pese tanto que no te asegure tu propia salvación y que por otro lado tampoco necesites.

A veces incluso si como yo, te gusta hacer trampas al solitario, podrás nadar de espaldas para llegar antes a la meta. Facilita conseguirlo. Tampoco conviene que dejes todo al azar y puedes conseguir que en ocasiones las cosas pasen en vez de esperar a que pasen las cosas.

La felicidad no es el único estado en el que estarás bien

A dos días de nochebuena de 2023, parece complicado que una persona que esté triste no sea empujada de alguna u otra forma al estado orgiástico que dio el origen pagano de esta fiesta y que se relacionaba con el equinoccio y las cosechas y que posterormente la religión cristiana convirtíó en un acto de fervor al nacimiento de su Dios, los grandes supermercados en un canto a la compra compulsiva y los ayuntamientos en una guerra por convertir las ciudades en explosiones de luz.

En mi última intervención pública de este año en la que hablaba sobre el duelo en fechas señaladas, relataba la dificultad de vivir la tristeza en esta época del año como si las emociones se pudieran postergar y arrinconar solo en el plano más íntimo y a determinados meses del año.

He de confesarlo, estoy triste y así voy a seguir hasta que me plazca. Si os lo cuento no es porque busque nada concreto, solo que me escuches, saber que de una u otra forma estás ahí. No me aconsejes, no me mimes, no me salves, no me des la rzón, ni me la quites, no me juzgues. Solo escúchame.

Exprésala y llora

Muchos de los problemas que tienes en esta vida perderán fuerza si los compartes. No siempre encontrarás a la persona adecuada para hacerlo, pero seguro que merece la pena intentarlo.

La expresión natural de la tristeza se asocia al llanto. Decirle a alguien que no llores cuado esté triste es similar a decirle a alguien que vive que no respire. Algo absurdo que es además habitual es las situaciones más disparatadas. No llores, no sufras, no estés triste….

El llanto emocional tiene su sustrato biológico, entre los centros emocionales del cerebro y las glándulas lagrimales. La estimulación de las estructuras subcorticales, en el tallo cerebral y su control racional se realiza los lóbulos frontales. Si esta explicación, como a mí te parece tan exacta como fría será mejor que passemos a la función social del llanto. Nuestra especie está programada para llorar y responder al llanto. Asi que llorar en el sitio adecuado te asegura el calor humano para poder aforntar tu tristeza. Evidentemente siempre no será así, el mundo no está hecho para que consigas todo siempre, pero puedes provocar que juegue un poco más a tu favor.

Estrechamente relacionado con lo anterior nos ecnontramos con la función esencial en nuestra vida emocional de las lágrimas. En la segunda mitad del XVII, el científico danés Niels Stensen, descubrió la glándula lagrimal como origen de estas. Existen tres clases: basales, las reflejas y las emocionales. Estas últimas tienen como origen estados emocionales intensos contrapuestos: la felicidad y la tristeza. Misma forma de expresar dos emociones antagónicas. Aunque queda mcho por aprrender la liberación de hormonas de estrés, al llorar podrían llevarnos a recuperar el equilibro.

Llora tanto cuanto necesites, libera tus tensiones de esta forma en aquellos sitios donde sientas la seguridad necesaria para hacerlo. Llorar no es lo mismo que lamentarse, esto último te llevará a adooptar una posición de fragilidad que puede hacerte entrar en un círculo vicioso.

Úsala a tu favor

Aqunue te pareza paradójico que acabe esta entrada en el blog de esta forma, no te voy a engañarr estar triste es una mierda, pero es un estado transitorio que te ayudará a aprender a ser más feliz en tu vida. Elijo pues estar triste y me responsabilizo  de que es lo mejor que puedo hacer por mí, aceptar que la vida es una montaña rusa y que quizas podamos que incluso pueda ser divertida si estamos dispuestos a entender que cada subida irá seguida de una bajada y que aunuqe no elijamos los hechos que ns ocurren si será así con la forma que tengamos de avordarlos. Preocúpate solo de lo que puedes cambiar decían los estoicos.

Asi que Feliz Navidad, o no….

Bibiografía

BISQUERRA, R. (2003). Educación emocional y competencias básicas para
la vida. Revista de Investigación Educativa, 2003, Vol. 21, nº 1, pp. 7-43.

https://www.redalyc.org/journal/1805/180568334012/180568334012.pdf

 

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